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Las pandemias más letales de la historia

por | Dic 30, 2021 | Noticias

La pandemia de coronavirus es descrita muchas veces como una crisis global nunca vista. Los contagios y la expansión de la enfermedad no parecen conocer fronteras ni clases sociales y están poniendo al mundo ante el espejo de la globalización. Las profundas interconexiones de la economía global ayudan a la expansión del virus, pero también existe a priori más coordinación e intercambio de información que nunca para prevenir el impacto de las pandemias.

Sin embargo, y a pesar de que aún no conocemos el dibujo completo ya que el virus continúa en plena expansión, la COVID-19 está muy lejos de ser la enfermedad más mortífera a la que se ha enfrentado la humanidad. Tampoco es la primera pandemia global, aunque es cierto que quizás haya sido la que se ha expandido por los cuatro puntos del planeta con mayor rapidez.

¿Qué es una pandemia?

Para empezar, tenemos que explicar qué es una pandemia… Una pandemia es “la propagación mundial o a lo largo de un área geográficamente extensa de una nueva enfermedad”. Es decir, hablamos de una epidemia, que es una enfermedad que ataca a un gran número de personas en un mismo lugar y durante un mismo período de tiempo, pero a escala mundial.

Las peores pandemias de la historia

A continuación, repasamos algunas de las peores pandemias de la historia, en orden de mortalidad, desde la época de la Antigua Roma a nuestros días.

Peste negra: 200 millones

La enfermedad que conocemos con el nombre de peste (peste negra, muerte negra, peste bubónica, gran plaga, plaga negra) es una enfermedad infecciosa producida por la bacteria Yersinia pestis . Aislada en Hong‐Kong en 1894 por Alexander Yersin,la bacteria Yersinia pestis,resultó ser una especie del género yersinia, bacilos gram‐negativos que produce una zoonosis    que ocasionalmente infecta al hombre como “huésped terminal” ya que no contribuye al ciclo natural de la enfermedad.

Durante los años 1347 a 1350, Europa “y todo el mundo conocido” fue testigo de una feroz pandemia de peste, que sería denominada siglos más tarde como “La Muerte Negra”. La humanidad ya había conocido plagas y epidemias pero la pandemia de 1348, por sus características históricas marcó un antes y un después en muchos aspectos. Como causa, como un factor más, o como simplemente consecuencia de la crisis de la Edad Media, provocó gran impacto en sus protagonistas y en generaciones siguientes.

Impacto e interés que perduran hasta nuestros días, en los que aún no han sido desvelados muchos interrogantes relacionados con ella. Efectivamente, la pandemia de mediados del siglo XIV ha sido, y es, objeto de diversos estudios desde múltiples puntos de vista (científicos, demográficos, económicos, literarios, artísticos, religiosos, sociales, etc.) con resultados en muchas ocasiones contradictorios, que abren siempre nuevas puertas a la investigación.

Viruela: 56 millones

La viruela es una de las enfermedades más mortales que conocen los humanos, y también es la única enfermedad que ha sido erradicada con la vacunación.

La viruela (del latín variola: pústula pequeña) fue una enfermedad infecciosa grave, contagiosa y con un alto riesgo de muerte, causada por el virus Variola virus.

Los síntomas de una infección típica de viruela comenzaban con una fiebre y un letargo de unas dos semanas después de haber estado expuesto al virus Variola major. Otros síntomas comunes son: dolor de cabeza, dolor de garganta y vómito. En unos cuantos días, aparecían erupciones elevadas en la cara y el cuerpo, se formaban llagas dentro de la boca, la garganta y la nariz, y también crecían pústulas llenas de líquido; en algunos casos, estas pústulas se unían entre sí y abarcaban grandes zonas de la piel. Aproximadamente a la tercera semana de la enfermedad, se formaban costras que se separaban de la piel.

Por lo general, en la segunda semana de la infección morían aproximadamente un 30% de los casos de viruela del tipo Variola major. La mayoría de los sobrevivientes conservaba cierto grado de cicatrización permanente, que también podía ser extensa. Igualmente, podían surgir otras deformidades, como la pérdida de tejido labial, nasal y cartilaginoso; y como resultado de las costras en las córneas, la persona infectada podía quedar ciega. La Variola minor era menos grave y provocaba menos estragos y muerte entre los infectados.

Gripe española: 40-50 millones

El virus de la gripe española tiene la capacidad de afectar varios sistemas del organismo, es decir, podía causar síntomas al alcanzar el aparato respiratorio, nervioso, digestivo, renal o circulatorio.

La Gripe Española mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Se desconoce la cifra exacta de la pandemia que es considerada una de las más devastadoras de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen de esta epidemia que no entendía de fronteras ni de clases sociales.

La mayoría de las víctimas fatales fueron personas entre los 20 y los 40 años, y los hombres se vieron notoriamente más afectados que las mujeres.

Probablemente porque se cree que la pandemia se inició en uno de los atestados campos de batalla del Frente Occidental y después se dispersó cuando los soldados regresaron a casa de la guerra.

Desde los campos de batalla de Europa, la epidemia evolucionó rápidamente hasta convertirse en pandemia; la enfermedad se propagó por el norte hasta Noruega, por el este hacia China, por el sudeste hasta la India y, por el sur, hasta Nueva Zelanda. Ni siquiera los habitantes de las islas permanecían inmunes. De polizón en buques y en portaaviones de la Marina, en navíos de la marina mercante y en trenes, el virus viajó hasta los rincones más alejados. En el verano de 1918, ya había asolado al Caribe, Filipinas y Hawai. La epidemia hizo estragos en Puerto Rico, pero, asombrosamente, apenas tocó la zona del Canal de Panamá, la encrucijada del mundo en esa época. Se culpa al vapor “Harold Walker” de haber llevado la gripe a Tampico, México. En apenas cuatro meses, el virus había dado la vuelta al mundo y regresado a las playas de Estados Unidos.

La segunda y la tercera ola de la gripe española arremetieron contra Estados Unidos en los meses de invierno de 1918. En esta oportunidad, los civiles no permanecieron a salvo. Los pueblos indígenas del país, especialmente las tribus de Alaska, sufrieron enormemente. La gripe acabó con los habitantes de algunos pueblos de Alaska, mientras que otros perdieron la mayor parte de su población adulta. A los habitantes de las grandes ciudades también les fue mal. La ciudad de Nueva York enterró a 33.000 víctimas. Filadelfia perdió casi 13.000 personas en cuestión de semanas. En muchas ciudades, abrumadas por el número de cadáveres, se agotaron los ataúdes y algunos tuvieron que convertir los tranvías en coches fúnebres para satisfacer la demanda.

Plaga de Justiniano: 30-50 millones

Entre los años 541 y 549, en el todavía Imperio Romano de Oriente surgió una enfermedad que provocó la muerte a entre 30 y 50 millones de personas, es decir, entre el 13% y el 26 % de la población estimada en el siglo VI. El motivo: la plaga de Justiniano, una enfermedad desconocida que causaba alta fiebre y manchas pestilentes en todo el cuerpo, síntomas que hacen a los historiadores creer que probablemente se trató de una cepa de peste similar a la que asolaría Europa unos siglos más tarde.

La pandemia fue recurrente en torno a los puertos del Mediterráneo hasta aproximadamente el año 750, causando un gran impacto en toda Europa. Su nombre viene del emperador romano Justiniano I, que regía entonces el Imperio bizantino y fue afectado por la enfermedad pero sobrevivió. Eso sí, su incidencia en África y Asia la convirtió en la primera pandemia global de la historia.

VIH/SIDA: 25-35 millones

El Sida aparece en el Continente africano ( África Subsahariana), se cree que a través de ritos de vudú que estos habitantes realizaban con sangre de monos; éstos tenían VIS (virus de inmunodeficiencia de simios) este virus se mutó y pasó al hombre como el hoy conocido VIH.

Después los movimientos migratorios se encargaron de hacer el resto. Africanos Subsaharianos que emigraron al Caribe, fueron los primeros en esta línea de difusión, después llegó esta pandemia a todo el mundo, Norteamérica, Europa, Asia…. Hasta conseguir las cifras actuales de diciembre del 2000, que superan los 34.400.000 casos de Sida registrados.

La década de los 90, fue la fase más fuerte de la epidemia, las muertes fueron en aumento y la discriminación hacia las personas que estaban infectadas era alta. Desde allí, hasta la actualidad este virus ha representado un reto significativo para la salud pública.

Hoy en día los medicamentos ayudan a las personas enfermas de sida a vivir, aunque hasta el momento no curan la infección por VIH, la convierten en una afección crónica manejable. También reducen el riesgo de propagar el virus a otras personas.

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