Como salvar millones de vida estudiando el mosquito
Los mosquitos son el mayor asesino del hombre.
Transmiten enfermedades a aproximadamente cien millones de personas cada año y sus picaduras han condicionado la historia de la humanidad. Hay aproximadamente 3.500 especies de mosquitos en todo el mundo.
Portan enfermedades peligrosas como el zika, el dengue, el virus del Nilo Occidental y la malaria.
Comprender como nos huelen los mosquitos y así evitar su picadura, significaría salvar millones de vidas en todo el mundo.
En la mayoría de los culícidos hembra, las piezas bucales forman una larga probóscide preparada para perforar la piel de los mamíferos (o en algunos casos de aves, reptiles o anfibios) para succionar su sangre. Tras perforar al individuo los mosquitos pueden inyectar un anticoagulante y succionar la sangre. Las substancias inyectadas pueden causar la habitual inflamación pruriginosa característica de su picadura. Las hembras requieren del aporte de proteínas en la sangre para poder iniciar el ciclo gonotrófico y poder hacer así una puesta de huevos. Cada puesta ha de ser precedida de la ingesta de sangre. Los órganos bucales de las hembras difieren de los de los machos en aquello que los habilita para succionar sangre.
«En cada uno de esos casos en los que un mosquito ha evolucionado para picar a los humanos, lo que solo ha ocurrido dos o tres veces, se convierten en vectores de enfermedades desagradables», dijo Carolyn «Lindy» McBride, profesora asistente de Ecología y Biología Evolutiva del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey.
Lo que la profesora está estudiando es justo esto: como los mosquitos detecta a el hombre para atacarlo.
Saber cómo un mosquito hembra potencialmente portador de enfermedades olfatea a una persona, mientras ignora a otros animales de sangre caliente, es una pregunta clave.
La mayoría de los mosquitos elige qué (o a quién) picar en función del olor», dijo McBride, cuyo laboratorio se centra en la especie de mosquito Aedes aegypti, que evolucionó para picar específicamente a los humanos.
El día que será revelado este misterio se podrán fabricar repelente más efectivo, o cebo para alejarlo de los humanos.
«Las sustancias químicas reales que se encuentran en el olor humano son básicamente las mismas que las sustancias químicas que se encuentran en el olor animal. Son las proporciones y la abundancia relativa de esos compuestos en las mezclas humanas lo que es único», añadió McBride, cuya investigación se centra en esos temas.
Un mosquito realiza cálculos químicos complejos para saber si lo que está sobrevolando es un hombre, un gato o una flor.
«Para investigar, decidimos registrar la actividad neuronal en el cerebro de las hembras mientras las exponíamos a extractos de olores naturales humanos y animales», escribió Zhilei Zhao, estudiante de posgrado en el laboratorio de McBride.
Se necesitaron cuatro años para desarrollar «los reactivos genéticos, los sistemas de liberación de olores y los enfoques analíticos necesarios», escribió Zhao.
Jessica Zung, otra estudiante de posgrado en el laboratorio de McBride ha recolectado muestras de olor de aproximadamente 40 animales diferentes hasta ahora, incluidos conejillos de indias, ratas, codornices y más, creando así una biblioteca de la composición química de los olores de animales.
«Ese conjunto de datos no existe realmente, por lo que decidimos recopilarlo nosotros mismos» dijo la estudiante del equipo de laboratorio de McBride.
Zung piensa que el decanal, un compuesto simple y común, particularmente abundante en la piel humana, que solo se encuentra en los humanos es lo que probablemente ayudan a los mosquitos a oler su camino hacia nosotros, pero es necesario realizar más estudios.
Entender lo que olfatean los mosquitos es solo una parte del trabajo. Saber cómo lo hacen también es importante.
Para ver exactamente cómo los mosquitos usan este sentido, los científicos criaron mosquitos Aedes aegypti genéticamente modificados «para que pudiéramos abrir sus pequeñas cabezas y ponerlas bajo un microscopio y realmente ver cómo se disparan las neuronas cuando están expuestas a olores humanos y animales», dijo McBride.
El equipo de investigación pensó que podria ver mucha actividad visto que los mosquitos tienen más de 60 tipos diferentes de neuronas que detectan los olores.
Pero el cerebro fue sorprendentemente silencioso, lo que significa que la señal fue quizás bastante simple, con solo un par de tipos de neuronas.
Un tipo de neurona respondió muy fuertemente tanto a los humanos como a los animales. Otro tipo de neurona respondió a ambos, pero respondió mucho más fuertemente a los humanos que a los animales», dijo McBride sobre ese trabajo.
Los mosquitos que atacan a los humanos han evolucionado para poder hacer esto en muy poco tiempo, solo 5000 años un ejemplo realmente asombroso de evolución rápida.
El Aedes aegypti, también conocido como «mosquito de la fiebre amarilla», también es portador del dengue, el zika y el chikungunya. La criatura se originó en África y probablemente llegó a su área de distribución actual en el sur de Estados Unidos y América Central y del Sur en barcos de esclavos durante el siglo XVII, según McBride.
Estas enfermedades combinadas matan y enferman a miles de personas al año, por lo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) han llamado a los mosquitos «el animal más mortal del mundo».
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